Existen dos tipos generales de solicitudes de asilo: afirmativas y defensivas. En un caso de asilo defensivo, usted solicita asilo como defensa contra la expulsión de los Estados Unidos. Si las autoridades de inmigración estadounidenses ya le han iniciado un proceso de expulsión, entonces su caso se consideraría un procedimiento de asilo defensivo.

En el proceso de asilo defensivo, usted y su abogado serán citados a una audiencia con un juez de inmigración, quien revisará su testimonio, escuchará a los testigos y considerará las pruebas que presente. El juez también le hará preguntas sobre sus experiencias de persecución y sus temores de regresar a su país de origen. Generalmente, el juez tomará una decisión sobre su caso de asilo al finalizar esta audiencia.

En un caso de asilo afirmativo, usted solicita asilo sin que exista un proceso de deportación pendiente. En lugar de comparecer ante un juez, deberá presentar documentación y luego ser entrevistado por un oficial de asilo del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS). Para solicitar asilo de esta manera, deberá estar físicamente presente en los Estados Unidos al momento de presentar la solicitud, ya sea al llegar a un puerto de entrada o dentro del plazo de un año desde su llegada. Sin embargo, si enfrenta circunstancias extraordinarias, debería consultar con un abogado de inmigración con experiencia que pueda ayudarle a determinar si es posible proceder fuera del plazo de un año.



Independientemente del tipo de proceso de asilo que estés siguiendo, el camino puede ser complejo y las normas estrictas, por lo que contar con apoyo legal puede marcar una gran diferencia. Tener un equipo legal experto a tu lado durante este proceso es fundamental para garantizar que tu caso se presente de forma clara y completa.